Trabajar con niños en esta época ha sido uno de los mayores desafíos —y una de las mayores alegrías— de mi camino marcial. Crecí entrenando de forma disciplinada, enfocada y con muy pocas distracciones, pero los niños de hoy viven en un mundo completamente distinto: pantallas, inmediatez, sobreestimulación y un ritmo que a veces no les permite respirar ni conocerse a sí mismos.
Por eso creé mi propio método para enseñar artes marciales a niños en la era digital. Combina todo lo que he aprendido en diversas disciplinas —Kenjutsu, Karate, Kung Fu, Tae Kwon Do, Box, Muay Thai— con herramientas modernas de pedagogía, inteligencia emocional y movimiento consciente.
Mi objetivo es simple:
formar niños fuertes, seguros y centrados, desde el corazón hasta la técnica.
📱 La realidad actual: niños rodeados de pantallas
Cuando la mayoría de los niños llegan a mi clase, lo primero que noto es que les cuesta concentrarse. No es su culpa; están acostumbrados a estímulos rápidos, colores brillantes, recompensas instantáneas. Las artes marciales, en cambio, requieren paciencia, repetición y conciencia corporal.
Por eso mi método no busca competir con las pantallas, sino ofrecerles algo que la tecnología no puede darles: presencia, calma, conexión y un espacio para explorar su cuerpo y su mente.
🧠 Disciplina que abraza, no que intimida
Yo crecí con disciplina dura, pero aprendí que, con niños, la disciplina no tiene que ser autoritaria para ser poderosa. En mis clases prefiero:
- límites claros,
- estructura que da seguridad,
- lenguaje firme pero respetuoso,
- y festejar cada pequeño logro.
No quiero que la disciplina sea un castigo; quiero que sea una herramienta para que ellos mismos descubran su fuerza interior.
🤸 Movimiento consciente para contrarrestar el sedentarismo
Muchos niños hoy pasan más horas sentados que moviéndose. Por eso mis clases incluyen:
- juegos de coordinación,
- ejercicios de reacción,
- mini combates seguros,
- trabajo básico de técnicas,
- retos físicos breves,
- y dinámicas que desarrollan equilibrio, fuerza y velocidad controlada.
Cada movimiento tiene un propósito: devolverles la sensación de estar vivos, ágiles, presentes en su cuerpo.
❤️ El corazón del método: inteligencia emocional
Algo que me importa profundamente es que los niños aprendan a reconocer y manejar sus emociones. En mis clases trabajamos:
- respiración para calmar la mente,
- identificar “qué siento” antes de actuar,
- esperar su turno,
- tolerar la frustración,
- y expresar lo que necesitan sin miedo.
Para mí, un niño que sabe manejar sus emociones es un niño que puede enfrentar cualquier adversidad dentro y fuera del dojo.

