A lo largo de mi camino como artista marcial, he visto cómo miles de mujeres cargan silenciosamente con miedo, inseguridad o experiencias difíciles que marcaron su relación con su cuerpo y con el mundo. Por eso, enseñar autodefensa real, auténtica, directa y emocionalmente inteligente, se convirtió en una de mis misiones más importantes.
Para mí no basta con enseñar golpes. La autodefensa es un lenguaje que nace del cuerpo, pero también un proceso profundo que toca la mente, las emociones y la identidad.
Y ese es el enfoque que comparto cada vez que doy un taller o una clase.
🌿 Autodefensa real: más allá de la fuerza física
Cuando enseño técnicas a mujeres —sin importar su edad, condición física o experiencia— mi primer mensaje es siempre este:
No necesitas ser fuerte para defenderte. Necesitas ser consciente.
La verdadera autodefensa comienza mucho antes de un ataque físico. Inicia con:
- cómo caminas,
- cómo observas tu entorno,
- cómo colocas tu cuerpo,
- cómo usas tu voz,
- cómo confías en tu intuición,
- cómo estableces límites.
Estas habilidades, que parecen simples, son las que más vida pueden salvar.
🫁 Mi filosofía: la defensa empieza en la mente
He estudiado muchas disciplinas —Kenjutsu, Karate, Kung Fu, Tae Kwon Do, Muay Thai, Box— y todas me han enseñado que el combate mental es tan importante como el físico.
Por eso, en mis talleres para mujeres trabajamos tres niveles:
1. Mente alerta
Leer señales, observar patrones, anticipar riesgos.
La prevención es la herramienta más poderosa.
2. Emociones reguladas
En un momento crítico, la adrenalina puede salvarte o paralizarte.
Enseño a reconocer el miedo, canalizarlo y convertirlo en acción.
3. Cuerpo decidido
No se trata de pelear bonito. Se trata de sobrevivir.
Golpes cortos, directos, efectivos.
Movimientos simples, explosivos y fáciles de recordar bajo estrés.
🥋 Técnicas que sí funcionan en la vida real
Siempre digo lo mismo:
La autodefensa real es simple, rápida y contundente.
En mis clases, enseño técnicas diseñadas para funcionar incluso si la mujer:
- está nerviosa,
- no tiene fuerza física,
- nunca entrenó artes marciales,
- lleva ropa incómoda,
- o se enfrenta a alguien más grande.
Algunos de los pilares de mi método son:
✔️ Golpes a puntos vulnerables
Nariz, mandíbula, garganta, ingle, costillas flotantes.
No importa la masa muscular: importa la precisión.
✔️ Técnicas de liberación
Cómo soltar agarrones de muñeca, cuello, ropa, cabello…
Movimientos pequeños con gran efecto.
✔️ Uso del entorno
Paredes, objetos cotidianos, bolsas, mochilas.
Todo puede convertirse en herramienta si se sabe cómo.
✔️ Posturas de protección
Para minimizar daño y ganar segundos cruciales.
✔️ Voz como arma
Gritar, decir NO, pedir ayuda, romper el patrón del agresor.
La autodefensa no busca “ganar una pelea”: busca escapar viva.
🔥 Autodefensa emocional: recuperar la voz y el cuerpo
Algo hermoso sucede cuando una mujer toma mis talleres:
su postura cambia.
Su mirada se eleva.
Su energía se expande.
He visto a mujeres llorar, reír, temblar, sanar.
Porque la autodefensa también es terapia.
Es recuperar poder donde antes hubo miedo.
Es volver a confiar en una misma.
Es entender que tu cuerpo es tuyo, que tu voz importa y que tienes derecho a ocupar espacio.
En cada clase, mi objetivo es que cada mujer salga con una frase grabada en el corazón:
“Soy capaz. Tengo fuerza. Tengo opciones.”

