Como profesional de la salud y artista marcial, creo profundamente que el movimiento es una forma de medicina. Por eso, he desarrollado un enfoque de arte marcial terapéutico para adultos mayores, donde cada clase se convierte en una oportunidad para reconectar con el cuerpo, fortalecer la mente y recuperar la confianza.
En mis programas, adapto las técnicas tradicionales de las artes marciales para transformarlas en ejercicios suaves, conscientes y seguros, enfocados en mejorar la coordinación, el equilibrio y la movilidad articular.
Más allá de lo físico, este trabajo busca fomentar la autoestima, la concentración y la serenidad: una verdadera meditación en movimiento.
He visto cómo muchas personas mayores logran reducir el estrés, dormir mejor y aumentar su energía, mientras disfrutan del proceso y encuentran en el dojo una comunidad que acompaña su bienestar.
Practicar arte marcial no se trata de competir, sino de defender el bienestar y envejecer con vitalidad.
Porque envejecer no significa detenerse, sino descubrir nuevas formas de vivir con fuerza, calma y propósito.

